21 de marzo de 2013

“El espacio metamorfoseado y palabreado de la figura perruna en El perro de Adela Fernández y Patio de tarde de Julio Cortázar”

Elena Saucedo Segura (Benemérita Universidad Autónoma de Puebla)



(…) menear la cola para inspirar una mínima simpatía o el estallar algunos cuantos ladridos de protesta callados de inmediato por algún gorila que a fuerza y pánico metía en mi hocico una bola de papel y lumbre. Era la patada o el “qzzzi, qzzzi, pobrecito”.  Era un modo de ser callejeramente perruno (29).
Fernández, Adela. Híbrido. México: Laberinto ediciones, 2011.

19 de marzo de 2013

"No es de pisada ligera / ese mentado caimán… La imagen del caimán en la lírica huasteca "

Gloria Libertad Juárez San Juan (Universidad Nacional Autónoma de México)







žEl caimán, la chimenea

dicen que nunca se irá;

él tiene su habitación

en un rincón bajo el agua,

ahí vive la caimana,

ella es la diosa del agua. 


  (Trío Tierra Huasteca, La Guayabita)



De las tristezas del águila al carro de Ezequiel : los animales en los sermones novohispanos del siglo XVIII

Laurette Godinas (Instituto de Investigaciones Bibliográficas/UNAM)


Tristezas de el Águila mexicana 

Imprenta de la Bibliotheca Mexicana, 1760



Águila Mexicana
Que con sedientos ojos
Bebes tristes despojos
De essa luz que se pone tan temprana;
No estrados llores de noche fría,
Que el Sol no muere, quando muere el día.

Vuelve los ojos, mira
Desde esse erguido monte
El opuesto Orizonte,
Donde en cunas de luz la luz respira,
Verás al Dueño que tu Imperio llora,
El mismo que fue Sol y ya es Aurora

14 de marzo de 2013

“«Quien no ama la pintura es injusto con la verdad»: breve tipología de las representaciones ecfrásticas animales en los eikones o imágenes de Filóstrato el viejo”

Gerardo Altamirano Meza (Universidad Nacional Autónoma de México)




Centauresas. Grabado de Antoine Caron, ca. 1630,
 inspirado en los Eikones de Filóstrato el viejo.


De los centauros niños que aquí se ven unos yacen envueltos en pañales, otros se los han quitado, éstos parecen llorar, éstos parecen encantados tomando leche de sus madres, aquellos brincan debajo de las centauresas mientras otros abrazan a las que se arrodillan y uno le tira la piedra a su progenitora, pues ya apunta a la insolencia… 
(Filóstrato, Descripciones de cuadros, ed. Luis Alberto de Cuenca)


“«Nunca existió bestia tan servicial», «nunca existió bestia tan gentil»: mirabilia en las descriptiones animales del Roman d’Eneas respecto a su hipotexto, la Eneida de Virgilio”

Penélope Marcela Fernández Izaguirre (Universidad Nacional Autónoma de México)





Museum Meermanno, MMW, 10 B 25, Folio 9v

La doncella había criado un ciervo que comía de su escudilla y bebía de su copa y dormía en su habitación. Tenía ya dieciséis astas, y salía todos los días fuera, por los campos y los bosques, juntándose con bestias salvajes y domesticadas, hasta que por las noches volvía a casa. […]Tan enseñado estaba el ciervo que por la noche prestaba su ayuda en la cena, pues servía de candelabro junto al padre de la doncella. Su hermosa cabeza era maravilla cuando en cada una de sus astas se alumbraba un cirio ardiente. […] Nunca existió bestia tan servicial y ningún hombre la conoció tan inteligente (Roman d’Eneas).

Traducción de Esperanza Bermejo al manuscrito editado por J.J. Salverda de Grave (Paris, Champion en 19025 y 1931)

12 de marzo de 2013

“La tradición de los bestiarios en el Infierno de Dante”

Fernando Ibarra Chávez (Universidad  Nacional Autónoma de México)
Imagen: “William Blake Primo Canto.jpg”


Infierno, I, vv. 41-54
así es que no aguardaba nada malo
de aquella fiera dela piel manchada
la hora del día y la dulce estación;
mas no tal que terror no produjese
la imagen de un león que luego vi.
Me pareció que contra mí venía,
con la cabeza erguida y hambre fiera,
y hasta temerle parecía el aire.
Y una loba que todo el apetito
Parecía cargar en su flaqueza,
que ha hecho vivir a muchos en desgracia.
Tantos pesares ésta me produjo,
con el pavor que verla me causaba
que perdí la esperanza de la cumbre.

Alighieri Dante, Divina comedia, trad. Luis Martínez de Merlo, Rei, México, 1992.

“E señor oy deçir: una interpretación del papagayo en el Sendebar castellano”

Xochiquetzalli Cruz Martínez (Universidad  Nacional Autónoma de México)




Imagen extraída del libro: Exemplario contra los engaños y peligros del mundo, Valencia: Librerías “París-Valencia”, 1998.




E dice el Sendebar:

"E quando vino la noche, fue la muger al papagayo e desçendiólo a tierra e començóle a echar agua de suso como que era luvia e tomó un espejo en la mano e parógelo sobre la jabla e en la otra mano, una candela, e parávagela de suso, e cuidó el papagayo que era relánpago; e la muger començo a mover una muela, e el papagayo cuidó que eran truenos; e ella estuvo así toda la noche, faziendo así fasta que ameneçió. E después  que fue la mañana, vino el marido e preguntó al papagayo:—¿Viste esta noche alguna cosa?
E el papagayo dixo:- Non pud´ver ninguna cosa con la gran luvia e truenos e relánpagos que esta noche fizo.
E el omne dixo:—En cuanto me has dicho es verdat de mi muger así cmmo esto. Non á cosa más mintrosa que tú, e mandarte é matar" (Sendebar, 85).

Sendebar, ed. de María de Jesús Lacarra, Madrid: Cátedra, 1997.



“El regreso bestial del hombre en el gótico del fin-de-siècle”

Antonio Alcalá González (Universidad Nacional Autónoma de México/ITESM)






“El desplazamiento simbólico del oso en los libros de caballerías españoles. Las Sergas de Esplandián y el Clarián de Landanís como ejemplos de transformación”

Lucía Orsanic (Universidad  Católica Argentina)




Cabeza de oso. Mosaico romano siglo IV

“Diversas concepciones filosóficas en la relación hombre-animal”

Juliana Virginia Navarro Lozano (Universidad Nacional Autónoma de México)

Pintura:  Juan José Mendoza Gutiérrez, 
“ Recordando la muerte del hombre extraño”, óleo/tela, 1993/2004


Somos parte de la tierra y ella es parte de nosotros. Las flores perfumadas son nuestras hermanas; el venado, el caballo, el águila majestuosa: he aquí a nuestros hermanos. Las escarpadas peñas, los prados húmedos de rocío, el calor corporal del potrillo y el del hombre, todos somos una misma familia… ¿Qué sería del hombre sin los animales? Si todos los animales hubiesen desaparecido, el hombre moriría de una gran soledad de espíritu. Porque todo lo que ocurre a los animales pronto habrá de ocurrir también al hombre. Todas las cosas están enlazadas.

Jefe Seatle, Somos parte de la Tierra

"Con el rumbo hacia el sol: la tradición emblemática del águila y la garza en un soneto del novohispano Sandoval Zapata"

Joaquín Rodríguez Beltrán (Universidad Nacional Autónoma de México)

Camerarius, Symbolorum et Emblematum ex volatilibus et insectis desumtorum centuria tertia collecta, P. Kaufman, Nuremberg, 1596, f. 6r, embl. IV.


“En dos alas espíritu embarcado,
si por ardiente de tan grande abismo
voló planeta de erizada espuma,
no descienda tu espíritu elevado,
pase a constelación tu parasismo,
quédate estrella, ya no bajes pluma.”


Sandoval Zapata, Luis de, Obras, Estudio y edición de José Pascual Buxó, Fondo de Cultura Económica, México, 1986, p. 89.

“En las dos orillas: la representación de los monos en El mono gramático de Octavio Paz”

Alejandro Silva Solís (Universidad Nacional Autónoma de México)


“La idea de que el fondo del tiempo es una fijeza que disuelve todas las imágenes, todos los tiempos, en una transparencia sin espesor ni consistencia, me aterra. Porque el presente también se vacía: es un reflejo suspendido en otro reflejo. Busco una realidad menos vertiginosa, una presencia que me saque de este ahora abismal, y miro a Esplendor ―pero ella no me mira: en estos momentos se ríe de las gesticulaciones de un monito que salta del hombro de su madre a la balaustrada, se columpia prendido de la cola a uno de los barrotes, da un salto, cae a unos pasos de nosotros, nos mira asustado, pega otro salto y regresa al hombro de su madre, que gruñe y nos enseña los dientes. Miro a Esplendor y  a través de su rostro y de su risa me abro paso hacia otro momento de otro tiempo y allá, en una esquina de París, entre la calle de Bac y la de Montalembert, oigo la misma risa. Y esa risa se superpone a la risa que oigo aquí, en esta página, mientras me interno en las seis de la tarde de un día que invento y que se ha detenido en la terraza de una casa abandonada en las afueras de Galta”.

Octavio Paz (1972), Le singe grammairien. Ginebra: Editions d´Art Albert Skira. [El mono gramático. Barcelona: Galaxia Gutenberg, 1998, p. 110.]

“La enseñanza moral a través de la sátira heroica en «Ode on the death of a favourite cat drowned in a tub of goldfishes» de Thomas Gray”

Isabel Lizárraga Saldívar (Universidad Nacional Autónoma de México)





"Presumptuous maid! with looks intent
 Again she stretched, again she bent,
 Nor knew the gulf between.
(Malignant Fate sat by, and smiled)"

“La otredad en la figura de los animales en la obra de J.M. Coetzee”



Noé Isaías Lara Aguila (Benemérita Universidad Autónoma de Puebla), 


Ahora aparece el más alto, el que lleva el fusil. Con la tranquilidad que da la práctica, introduce un cartucho en la recámara y apunta a la jaula de los perros. El mayor de los pastores alemanes, que babea de cólera, le gruñe y le tira mordiscos. Se oye un estampido; la sangre y los sesos se esparcen dentro de la jaula. Cesan los ladridos un instante. El hombre hace otros dos disparos. Un perro, alcanzado en el pecho, muere en el acto; el otro, con una herida abierta en el cuello, se sienta con pesadez, baja las orejas y sigue con la mirada los movimientos de ese individuo que ni siquiera se toma la molestia de administrarle un tiro de gracia.
Se hace el silencio. Los tres perros que quedan, sin un lugar donde esconderse, se retiran hasta el fondo de la perrera y gimen con voz queda. Tomándose su tiempo entre disparo y disparo, el hombre los liquida  (COETZEE, J.M. Desgracia. 2006. Random House Mondadori. México. pp. 115-116).

SIRIUS: Del perro y la melancolía en El inmortal de Jorge Luis Borges

Lidia Alejandra Vásquez Velasco (Universidad Nacional Autónoma de México)




"Transfiguraciones del hombre en animal en los cuentos mineros de Pedro Castera"

Dulce María Adame González (Universidad Nacional Autónoma de México)





“un niño como de unos doce años: pálido, delgado, nervioso, flexible, apenas desarrollándose, pero fuerte y ágil, de nariz aguileña, los labios finos, el pelo lacio y negro, los ojos pequeños, negros también, vivísimos, y la mirada inmensa […] le llaman así, por sus piernas largas que casi siempre traía desnudas, excepto los domingos, y por su ligereza y agilidad [“El Tildío”, 109-110].


Los animales en el Mondo Simbolico/Mundus Symbolicus de Filippo Picinelli: La presencia de las fábulas clásicas en los emblemas

Bárbara Skinfill Nogal (El Colegio de Michoacán)






Silvestro Pietrasanta, De symbolis heroicis, Amstelaedami, Jansonio Waesbergios & Henr. Wetstenium, 1682.