Imagen extraída del libro: Exemplario contra los
engaños y peligros del mundo, Valencia: Librerías “París-Valencia”, 1998.
E dice el Sendebar:
"E quando vino la noche, fue la muger al papagayo e desçendiólo a
tierra e començóle a echar agua de suso como que era luvia e tomó un espejo en
la mano e parógelo sobre la jabla e en la otra mano, una candela, e parávagela
de suso, e cuidó el papagayo que era relánpago; e la muger començo a mover una
muela, e el papagayo cuidó que eran truenos; e ella estuvo así toda la noche,
faziendo así fasta que ameneçió. E después que fue la mañana, vino el
marido e preguntó al papagayo:—¿Viste esta noche alguna cosa?
E el papagayo dixo:- Non pud´ver ninguna cosa con la gran luvia e
truenos e relánpagos que esta noche fizo.
E el omne dixo:—En cuanto me has dicho es verdat de mi muger así cmmo
esto. Non á cosa más mintrosa que tú, e mandarte é matar" (Sendebar, 85).
Sendebar, ed. de María
de Jesús Lacarra, Madrid: Cátedra, 1997.
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